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El tiempo es un recurso no renovable cuya principal característica es su dinamismo. A diferencia de otros recursos que pueden recuperarse, el tiempo no es retroactivo ni puede medirse económicamente con exactitud. La expectativa del consumidor en esta nueva era tecnológica es no perder el tiempo. Por otro lado, la expectativa de las empresas, a menudo en una relación de consumo masivo, es que sus empleados no pierdan el tiempo, que el servicio sea lo más breve posible y no necesariamente el más eficaz. En esta relación, el tiempo del consumidor es un bien que las empresas consideran gratuito, ya que no les cuesta nada. Un ejemplo es la pérdida de tiempo en la cola de un banco. Desde el punto de vista del banco, el tiempo del empleado se paga, pero el tiempo que pasa el cliente en la cola es gratuito para la institución. Además, como el tiempo es ajeno a la dinámica social, corresponde a la ley, mediante la yuxtaposición de la responsabilidad civil del proveedor, reparar el injusto vilipendio del tiempo del consumidor.
A propos de l'auteur
Deise Barros, Abogada, Conciliadora y Mediadora, Árbitro, Master en Derecho Difuso y Colectivo y Especialista en Derecho Civil.
