En savoir plus
En la era moderna, el sistema de cultivo intensivo es muy productivo, pero depende en gran medida del uso de fertilizantes químicos inorgánicos y orgánicos. Su uso continuo contamina el medio ambiente. La salud del suelo se deteriora y el suelo se vuelve propenso a la erosión por el viento y el agua. El uso de fertilizantes que contienen uno o dos elementos esenciales impide la absorción de otros nutrientes e induce un desequilibrio considerable en la capacidad de suministro de nutrientes del suelo. La soja (Glycine max L. Merrill) es uno de los principales cultivos de leguminosas, reconocido como el productor eficiente de dos recursos nutricionales escasos: la proteína y el aceite, que no sólo son los principales componentes de la dieta de la masa vegetal, sino también una bendición para los países en desarrollo. La soja es una excelente fuente de proteínas y aceite con un valor nutritivo muy elevado, ya que contiene entre un 40 y un 42% de proteínas y un 20% de aceite (Anónimo, 1992). Además, debido a su capacidad para fijar el nitrógeno atmosférico en el suelo en virtud de las bacterias simbióticas fijadoras de nitrógeno de sus raíces, añade una enorme cantidad de residuos vegetales y nitrógeno fijado en el campo que, en última instancia, mejora la fertilidad del suelo.
A propos de l'auteur
Gyani Datt Sharma arbeitet als Assistenzprofessor (Bodenkunde) am Jawaharlal Nehru Krishi Vishwa Vidyalaya - College of Agriculture, Pawarkheda, Madhya Pradesh (INDIEN). Er hat 20 Forschungsarbeiten und 07 technische Bulletins veröffentlicht. Er hat auch den Young Scientist Award-2017 von GKV Soociety, Agra, erhalten.