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En la actualidad, la cuestión que más preocupa a los sistemas de justicia europeos es la elaboración de soluciones desarrolladas para la eficacia y la agilización de los procedimientos penales y, en este contexto, la simplificación de los mismos. Según algunos autores, se pueden distinguir esencialmente tres efectos en la justicia penal europea moderna que determinarán la dirección del desarrollo del derecho que tradicionalmente se basaba en bases inquisitoriales. Estos tres efectos, que no parecen en absoluto excluyentes, pero sí determinantes en la condición actual de la cultura del derecho (penal) europeo son los siguientes: la aparición de elementos del sistema de justicia penal acusatorio; el pensamiento jurídico especificado en el Convenio Europeo de Derechos Humanos ganando terreno; y la convergencia de las legislaciones penales nacionales basada en los esfuerzos de armonización del derecho de la Unión Europea. Estos tres efectos de distinto origen contribuyen a la difusión de la exigencia del derecho a un juicio justo y aceleran los cambios estructurales que se están produciendo en la justicia penal de los países europeos. La ley de enjuiciamiento criminal húngara está a las puertas de su renovación: la codificación de la nueva ley está en curso.
