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La reciente crisis sociopolítica de Costa de Marfil (2002-2011) hace necesario poner en perspectiva los obstáculos a los que se enfrenta el país en sus esfuerzos por salir de un punto muerto en materia de seguridad. La dinámica que rigió la resolución del conflicto marfileño no logró el desarme de quienes tomaron las armas contra las instituciones democráticas del país. La resolución de esta crisis fue la expresión de un juego de intereses a dos niveles. En el plano internacional, el juego de los actores externos se pone de manifiesto a través de los distintos acuerdos y resoluciones de paz, mientras que en el plano nacional, las estrategias desplegadas por los actores tienen como objetivo la defensa de sus respectivos intereses. Dado que la rebelión pasó a ser una entidad local para los actores externos, sus maniobras en el terreno consistieron en reconfortar esa estrategia. Por lo tanto, el desarme de los rebeldes podría destacarse como una derrota tanto para los grupos rebeldes como para sus apoyos locales y externos.
Über den Autor / die Autorin
Bertin G. Kadet - Palestrante, École Normale Supérieure, Abidjan. Tema, Grande Acra, República do Gana.
