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Don Ángel Herrera Oria (Santander, 1886; Madrid, 1968) fue uno de los personajes más influyentes de su tiempo. Tuvo audiencias con todos los papas que conoció. Influyó en Maura, en el general Primo de Rivera, en la CEDA y en el franquismo, y hasta en la Iglesia que le tocó vivir. Y la Transición le debe mucho en sus discípulos. Su actitud ante la política fue contradictoria con los principios que profesaba. Es lo que admiradores y detractores han llamado posibilismo, pragmatismo o adaptabilidad. Herrera tal vez sea el campeón de la convivencia, si ésta es posible entre contrarios sin renunciar a nada esencial. Pero también es el campeón de la ambigüedad. Muchos de sus contemporáneos le han visto como un tradicionalista vergonzante. La escuela de El Debate ha sido la escuela de la democracia cristiana española. Como teoría política este planteamiento es incompatible con el tradicionalismo político que dice profesar, porque acata todo régimen constituido aunque sea gravemente injusto o criminal. Estamos ante un relativismo práctico subordinado al voluntarismo jurídico y político, que siempre ha sido condenado por la Iglesia.
Über den Autor / die Autorin
Francisco J. Carballo (Madrid, 1967) es doctor en Ciencias Políticas, licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, y en Ciencias Religiosas, y Máster en doctrina social de la Iglesia. Ha publicado artículos de pensamiento político y social cristiano en diversas revistas. Trabaja como profesor de humanidades en enseñanza secundaria y bachillerato
