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La Madre Teresa de Jesús, con vocación nativa de maestra, soñaba con poder escribir con muchas manos a la vez para que no se le olvidase nada de lo que habría de decir acerca de la vida de oración y del misterio de Dios. Fascinada por Jesucristo, en el cuadro de portada la tenemos en su cátedra, teniendo a sus pies a toda clase de personas seducidas por su magisterio.
En sus papiros nos habla Teresa de todo lo humano y lo divino, de lo temporal y lo eterno. Así funcionaba Teresa, 'la de la gran cabeza', en silencio cuando hay que callar y en un diluvio de palabras cuando era necesario. Tocada por Dios, canta sus misericordias día y noche y abraza al mundo entero, lanzando a voleo el grano de su doctrina para que germine en el corazón de sus oyentes.
Amable lector, al examinar los papiros de la Madre Teresa de Jesús te irás enriqueciendo sin medida: llorarás con ella, gritarás con ella, reirás con ella... que todos estos son los compases de la vida.
