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El nitrógeno es uno de los componentes básicos de la vida: es esencial para la supervivencia de todas las plantas y animales. El nitrógeno constituye casi el 80% de nuestra atmósfera, pero se encuentra en una forma no reactiva a la que no podemos acceder. Los seres humanos y la mayoría de las demás especies de la Tierra necesitan nitrógeno en una forma 'fija', reactiva. El nitrógeno reactivo es necesario para el proceso de producción de alimentos. Hasta el descubrimiento del proceso Haber-Bosch a principios del siglo XX, sólo teníamos acceso a fuentes naturales de nitrógeno reactivo (como el estiércol) para la producción de alimentos. El proceso Haber-Bosch -un proceso industrial que permite fijar el nitrógeno reactivo- ha permitido que la producción de alimentos se mantenga al ritmo de la creciente población humana, pero a costa del medio ambiente. En la actualidad, el ser humano genera más de 2 veces más nitrógeno reactivo que la naturaleza. Gran parte de este nitrógeno reactivo se ha acumulado en el medio ambiente, donde provoca una serie de efectos negativos para la salud humana y de los ecosistemas. Las principales fuentes de este nitrógeno reactivo son la agricultura y la quema de combustibles fósiles. Este libro explica la situación actual y las perspectivas futuras de la huella del nitrógeno.
Info autore
Il professor GY Jayasinghe ha conseguito il dottorato di ricerca in Giappone ed è autore di oltre 100 articoli in rinomate pubblicazioni scientifiche. IA Nagahawatta e SAS Srimal sono attualmente impegnati in un master in scienze ambientali.