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Las técnicas actuales para trabajar mecánicamente materiales ordinarios como aceros y fundiciones están muy desarrolladas y las máquinas herramienta han mejorado mucho en los últimos años. En los últimos años se han introducido muchos materiales nuevos, como carburo de tungsteno y titanio, diamantes, rubíes, zafiro, aceros duros, aleaciones magnéticas y corindón. Otro grupo de materiales, el germanio, el silicio, las ferritas, la cerámica, el vidrio, etc. plantean dificultades debido a su gran fragilidad: estos materiales no suelen soportar las fuerzas necesarias para el mecanizado. Los materiales modernos, como el acero de alta resistencia y la cerámica, desarrollados para satisfacer las necesidades de las industrias avanzadas, suelen ser fibrosos, duros y quebradizos. Aunque tecnológicamente deseables, estas características a menudo hacen que el material sea difícil, y a veces imposible, de transformar mediante procesos de mecanizado en componentes y piezas útiles. La acción de corte impuesta por dichos procesos de mecanizado sobre materiales quebradizos, por ejemplo, dará lugar a componentes con un acabado superficial muy pobre y, en muchos casos, provocará el astillado y/o la fractura de los materiales que se están mecanizando.
