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El síndrome de fragilidad se caracteriza por la disminución de la reserva funcional de los diferentes sistemas corporales, lo que facilita que en caso de descompensación o agresión leve, el paciente enferme. El progresivo envejecimiento de la población hace que esta entidad sea cada vez más frecuente y más importante en la planificación de los cuidados a los ancianos. La falta de consenso en la definición del síndrome y la ausencia de un tratamiento claramente establecido dificultan su identificación. Sin embargo, la presencia del síndrome está claramente relacionada con un empeoramiento de la capacidad funcional del paciente, y un aumento del número de patologías que presentan los ancianos, de su gravedad, y de la mortalidad tanto específica como global. La fragilidad se relaciona con un mayor número de ingresos hospitalarios y un mayor riesgo de institucionalización. Este libro pretende revisar las características del síndrome de fragilidad, discernir entre sus diferentes definiciones, explorar sus consecuencias y proponer estrategias para su tratamiento. También se explicarán las principales implicaciones éticas.
