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La enfermedad renal crónica (ERC) se define por la presencia, durante más de 3 meses, de marcadores de daño renal, que pueden ser anomalías morfológicas, histológicas o urinarias, o una TFG anormal. La ERC se clasifica en estadios de gravedad creciente según el nivel de la tasa de filtración glomerular (TFG) y la proteinuria.La ERC tiene muchas etiologías, pero está dominada por las uropatías malformativas. El principal riesgo de la ERC es la progresión a una enfermedad renal terminal (ERT), sea cual sea la etiología subyacente. Al igual que en la población adulta, la ERC puede permanecer silente durante mucho tiempo; sin embargo, la detección precoz permite un tratamiento adecuado de las complicaciones en cuanto aparecen, con el objetivo de ralentizar la progresión hacia la ERT. El papel del nefrólogo pediátrico es confirmar la ERC, aclarar el diagnóstico etiológico y las posibles complicaciones y, a continuación, controlar al niño según el estadio de la ERC. El apoyo psicológico al niño, a los padres y a los hermanos es esencial, así como el recurso a la asistencia social.
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Abir BoussettaNefrología pediátrica.
