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En los intercambios entre el profesor y el niño, las emociones aparecen como alegría, tristeza, ira, resentimiento, celos, baja autoestima y sentimientos de confianza o desconfianza, y pueden afectar al comportamiento hacia los demás, a las actividades pedagógicas y a las situaciones vividas. Estas respuestas emocionales afectan directamente al aprendizaje del alumno. Por lo tanto, es necesario crear un ambiente educativo de escucha sensible, siendo fundamental la intervención del orientador educativo, cuya función de mediar, ayudar a construir relaciones, orientar nuevas estrategias, aporta posibilidades de construir nuevos caminos. Esto marcará la diferencia en la relación profesor/alumno, alumno/guía y guía/profesor. Así, mediante un estudio bibliográfico, intentamos comprender cómo se produce esta escucha sensible y cómo puede desarrollarse desde el punto de vista de autores como Wallon, Barbier, Grinspun y Luck, entre otros. El orientador se entrelaza con el profesor en el ámbito educativo, los dos necesitan estar interconectados en una escucha sensible, para poder orientar a los niños muy pequeños en todos los aspectos necesarios en su formación integral.
Info autore
Professore di Educazione della prima infanzia - UFRJ, laureato in Pedagogia - ISERJ, laureato in Gestione educativa integrata - ISERJ, professore di comunicazione - 9CIFE presso UERJ, membro del team del corso complementare "Corpo, movimento e alfabetizzazione corporea" - UFRJ, formazione degli insegnanti - Saber Sistemas de Ensino.
