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Vivir con la sensación de no comprender lo que sucede alrededor de uno es vivir con indefensión y ansiedad que manifiesto con berrinches, saltos, dando y dándome golpes que me provocan mayor ansiedad. Necesito de voces y sensaciones que me calmen, seguras, sin miedo y sin sentirme observado. Mucho menos que hablen de mí (lo que no puedo contar pero sí me doy cuenta de ello y me afecta y desanima). Podéis ayudarme a recuperar la calma con palabras tocándome de forma afectuosa, dándome seguridad y tiempo para entender y comprender. Cuando pierdo el control necesito que alguien me ayude a recuperar la tranquilidad; sí lo hago es porque mi ansiedad se desborda y no acierto a comprender lo que sucede a mi alrededor. Necesito de alguien que me de seguridad, que no me tenga miedo, que no me escape, que no me haga ver cómo incapaz, anormal o atípico... Como todas la personas necesito de autoridad, respeto y cariño para poder aprender a obedecer, respetar y a querer. No necesito que tengáis pena por mí ni que me cuidéis, no necesito compasión sino de vuestra ayuda y apoyo, de vuestra comprensión para convivir con vosotros/as.
Info autore
Manoel Baña Castro, Profesor de Psicología Evolutiva, Dir-Fundador Unidad Clínica de TEAs y TDs de la UDC; desde 1985 en la USC investigador en desarrollo y desde 1995 en Alteraciones. Luisa Losada Puente, Grado en Educación Social y Máster en Innovación/Orient/Evaluación en Educación. Investigadora UDC en Autodeterminación/Alteraciones/Adolescencia.
