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En las décadas siguientes, Estados Unidos puso en práctica una gran estrategia que el historiador Stephen Wertheim ha denominado acertadamente "primacía armada". Según sus defensores, la estabilidad mundial, el florecimiento humano y el futuro del capitalismo democrático liberal dependían de la creciente influencia de la nación. Aunque Estados Unidos había sido históricamente cauto a la hora de involucrarse en asuntos extrahemisféricos, en el siglo XX su presencia se hizo cada vez más visible en todo el mundo. Para apoyar esta estrategia, los estadounidenses construyeron lo que el historiador Daniel Immerwahr ha descrito como un "imperio puntillista". A diferencia de los imperios tradicionales, que se basaban en la conquista y ocupación directa de vastos territorios, Estados Unidos construyó una extensa red de bases militares en todo el mundo para proyectar su poder. Estos puestos avanzados servían de escenario para intervenciones militares, reforzaban un sistema económico mundial que favorecía a las élites capitalistas y situaban a Estados Unidos como fuerza dominante frente a cualquier rival -democrático o no- que desafiara su hegemonía.
About the author
La Dra. Tamanna Khosla es Doctora en Teoría Política por la Universidad Jawaharlal Nehru. Es experta en filosofía política, relaciones internacionales, política comparada y teoría feminista.