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Este libro reúne una serie de columnas heterogéneas, churras y merinas, que se corresponden con los destinos diplomáticos que ha tenido su autor en el exterior. Su epicentro es Nueva York, en los años 2013 y 2014.La infancia y juventud se resumen en destellos fragmentarios a la manera de las películas que, según es fama, iluminan los tránsitos de este mundo al otro. Las postales que preceden a las instantáneas neoyorquinas han sido cinceladas con material extraído de los pliegos de la memoria. Las que les siguen, fueron escritas en Polonia. Todas ellas conforman un álbum de recuerdos y evocaciones que quieren rendir tributo a aquellas personas españolas y de otras nacionalidades, cuyo ejemplo admirable me ha mostrado el camino a lo largo de estos años, dice Francisco Javier Sanabria en el prefacio, aunque ùañadeù sus nombres, salvo contadas excepciones, no figuran en estas páginas.Es este un libro de impresiones, de imágenes, sonidos y aromas, entre las que se desliza algún que otro razonamiento suscitado por la peripecia profesional del autor.
