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En la vida mantenemos muchas historias. Algunas de estas historias o mitos son producto de nuestra personalidad, mientras que otras son producto de la percepción que otros tienen de nuestra realidad. En ambos casos, podemos creer en esos mitos y vivirlos con una claridad sorprendente y un cumplimiento ciego o a regañadientes. Los mitos primarios de nuestras vidas se desarrollan a través de nuestras primeras experiencias y muchas veces dirigen nuestra existencia. Esta dirección puede ayudarnos u obstaculizarnos en nuestra búsqueda de ayuda y comprensión. El añadido de la victimización sexual dificulta aún más esta búsqueda. La violencia sexual no sólo afecta a las historias de la víctima y el agresor, sino también a la comunidad en general. Las personas con estas historias deben dar la cara y ser escuchadas para que estas historias cambien. La violencia sexual no es un mito, pero las historias que se han creado en respuesta a ella han cambiado invariablemente el panorama de la comunidad de ayuda profesional. Por ello, los ayudantes profesionales necesitan conocimientos multiculturales para ayudar a las personas implicadas en la violencia sexual a volver a escribir sus historias.
About the author
Durante mi vida como niña de acogida, recuerdo casos de abuso físico, emocional y sexual. Por lo tanto, quiero abrir oportunidades multiculturales para la comprensión y la empatía con la población de delincuentes sexuales y los supervivientes de la violencia sexual. Mi investigación también pretende animar a las víctimas a levantarse y buscar ayuda.
