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Las cuestiones de diversidad de orientaciones sexuales se encuentran entre las principales agendas políticas del siglo XXI para la educación. En parte motivado por el surgimiento del tema de los Derechos Humanos que, a su vez, se relaciona con su recurrente vulneración. Podemos, por tanto, crear conocimiento histórico que destaque lo que se hizo en el pasado, lo que se puede hacer en el presente y cómo podría ser el futuro, permitiendo a cada sujeto desarrollar mecanismos de agencia a lo largo de su vida, siempre en una relación próxima a vida de otras personas. Hacer así de la enseñanza de la Historia una enseñanza de la alteridad y la pluralidad, en la que se puedan conocer todas las experiencias posibles para realizar su potencial de humanización de nuestras relaciones presentes. Por tanto, puede problematizar las construcciones sociales de las desigualdades estructurantes. Este compromiso no puede separarse de una utopía de alteridad y de una práctica involucrada con la realidad en la que se realiza. La enseñanza de la historia es un conocimiento que, como la define Marc Bloch, se produce a partir de los problemas de la época en la que se encuentra.
About the author
Licenciada en Historia (UNICENTRO, 2016), trabajó en el Programa Institucional de Becas de Iniciación a la Docencia (PIBID), fue miembro del Laboratorio de Enseñanza de Historia/LEHIS, del Laboratorio de Educación Rural/LAEC, actualmente dedicado a los siguientes temas: corporalidades, masculinidades. , sexualidades, violencia de género y dictadura brasileña.
