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La agricultura es la principal estancia de la economía etíope, contribuyendo en un 50% al producto interior bruto (PIB). Alrededor del 85% de la población se dedica a la agricultura; cerca del 75% de la industria etíope se dedica a la transformación de productos agrícolas (Yohannes, 1991). De la superficie total del país, se calcula que el 69% es apta para la agricultura. Los cultivos hortícolas son ricos en vitaminas, carbohidratos y otros nutrientes que contribuyen en gran medida a la alimentación diaria de los etíopes. Algunas carencias nutricionales, como las vitaminas A y C y el hierro, pueden corregirse mediante el uso de hortalizas y frutas seleccionadas, así como de tubérculos. La adopción de variedades frutales de alto rendimiento y resistentes a las enfermedades se consideró una medida paliativa adecuada, ya que mejoraba los medios de subsistencia de los agricultores locales. El informe de la encuesta que se llevó a cabo a nivel regional en 2014 también confirmó que el rendimiento obtenido de los cultivares locales es demasiado bajo.
About the author
Soy Misgana Mitiku Shertore, nací en 1987 en Wonji y cursé mis estudios superiores en la Universidad de Jima. Obtuve mi primer título en Horticultura en la Universidad de Jimma en 2010 y, tras graduarme, me incorporé al Instituto de Investigación Agrícola del Sur como investigadora en patología vegetal. Actualmente, soy candidato a MSc en la Universidad de Hawassa.
