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La explosión demográfica de los países en desarrollo en todo el mundo está creando una demanda sin precedentes de mayor producción de cereales alimentarios. En los países en desarrollo, los cereales y las legumbres se producen principalmente en pequeñas explotaciones. Los agricultores retienen parte de la cosecha para su propio consumo, vendiendo finalmente el resto a la población urbana. Por lo tanto, la conservación de la calidad del grano en las explotaciones es de gran importancia. Sin embargo, se trata de una tarea difícil, sobre todo en las zonas tropicales y subtropicales, donde las tecnologías de secado y almacenamiento son deficientes o inexistentes. Los insectos y hongos que afectan al grano almacenado provocan graves pérdidas cuantitativas y cualitativas, con graves consecuencias para la disponibilidad de alimentos, especialmente en aquellas zonas del mundo donde el almacenamiento del grano se gestiona de forma deficiente debido a la falta de conocimientos y tecnología adecuados. Para evitar pérdidas excesivas de calidad y cantidad durante el almacenamiento del grano, las prácticas de secado artificial y aireación por refrigeración, o el uso de insecticidas, son las técnicas más utilizadas por los países que pueden permitírselas. Sin embargo, los países en desarrollo han recurrido principalmente al uso de insecticidas.
About the author
Prof. Mohamed Yousri Hashem, Profesor de Química de Plaguicidas, Dpto. de Entomología Económica y Plaguicidas. Director general del Centro de Agricultura Ecológica de Egipto (COAE). Ex Decano de la Facultad de Agricultura de la Universidad de El Cairo. Doctor por la Universidad de Giessen, Alemania. B.Sc y M.Sc por la Universidad de El Cairo.
