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El autor se ha centrado en la cuestión del plagio, que preocupa desde hace tiempo a la comunidad académica y cuyas implicaciones van mucho más allá de los límites de la mala conducta de los estudiantes. El plagio no sólo socava los principios fundamentales de la integridad académica, sino que también plantea un importante reto a la profesión docente. Como profesores, es crucial ser conscientes de las diversas formas de plagio y reconocer los indicios del mismo en el trabajo de los alumnos. Además de la concienciación, es esencial cultivar una actitud correcta hacia el plagio. En lugar de considerar el plagio únicamente como una cuestión disciplinaria, los profesores deben enfocarlo como una oportunidad para educar a los alumnos sobre la cita correcta, la originalidad y el valor de sus propias ideas. Al promover una actitud positiva hacia la integridad académica, los profesores pueden fomentar una cultura de honestidad y respeto por la propiedad intelectual entre los estudiantes.La percepción del plagio puede variar entre los profesores, y es importante abordar cualquier concepto erróneo o prejuicio que pueda existir.
