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Entre finales del siglo XIX y los primeros años del siglo XX, la historia del arte fue enseñada principalmente por intelectuales que no eran estrictamente especialistas en la materia y que sintieron la necesidad de llenar el vacío en que se encontraba esta disciplina en la Italia de la época. En efecto, era necesaria una mayor difusión de la historia del arte y una enseñanza específica en los centros de enseñanza secundaria, que en aquella época aún no estaba incluida en los programas ministeriales. Dentro de la amplia producción de textos que, en ese periodo, comenzaron a diseñarse para la enseñanza, se examinan tres manuales que, por sus características, constituyen una muestra exhaustiva. En particular, se han identificado una serie de temas comunes, que se abordan en ocasiones de forma unívoca o con enfoques diferentes según la formación y los intereses de cada autor: el problema del contenido iconográfico de los textos, el protagonismo del arte renacentista, la valoración de las artes aplicadas, las fuentes utilizadas.
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Arianna Bonanno, historiadora del arte.
