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¿Siente curiosidad por saber qué fue lo que puso a Rusia en su rumbo actual?
La Revolución rusa es un ejemplo perfecto de cómo la historia puede reducirse hasta volverse excesivamente pesada y compleja. Para desentrañar la Revolución rusa (de hecho, las revoluciones rusas) hay que empezar por considerar acontecimientos que sucedieron siglos antes de febrero de 1917. Solo así podremos comprender la cantidad de acontecimientos comprimidos en los breves meses del decisivo año 1917.
En este libro hablaremos de:
Los primeros días del Imperio ruso, los legendarios Riúrik y cómo los rusos aceptaron el cristianismo.
Los tímidos intentos de cambiar la naturaleza autocrática del gobierno ruso en el siglo XIX.
La radicalización de los movimientos sociales, personificada en el típico anarquista Serguéi Necháyev.
Precursores sangrientos de la Revolución rusa, como el asesinato del emperador Alejandro II a manos de anarquistas.
El inerte y anacrónico Nicolás II Romanov, que contribuyó involuntariamente a la caída de su imperio.
El ferviente, febril y audaz Vladimir Lenin que dirigió la revolución hacia su giro radical en octubre de 1917.
El caos de la guerra civil rusa y el nacimiento del comunismo de guerra y el Terror Rojo.
El repentino giro de Lenin hacia el capitalismo en forma de la Nueva Política Económica, predecesora del giro de China hacia el capitalismo.
Las secuelas de la Revolución: La repentina enfermedad de Lenin y las luchas políticas de sus sucesores.
El ascenso de Stalin, que conduciría a la URSS a sus momentos más gloriosos y terroríficos.
Y mucho más.
