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En política, todo empieza con un complot y desemboca en una conspiración. Los complots son a la política lo que el carbón a los trenes de vapor. En Camerún, cambiar significa conspirar contra el Jefe del Estado; oponerse a la presidencia perpetua significa conspirar contra el sistema de gobierno; proponer una demarcación ideológica y filosófica significa necesariamente conspirar contra la línea política del partido. Los empresarios políticos hacen política de la conspiración, confunden política con conspiración y hacen conspiración de la política. La política se les aparece como una actividad compleja, cuyo radiador es la intriga. Herederos de la larga tradición de promoción y explotación de argumentos conspirativos que se remonta a la lucha decolonial, los operadores políticos cameruneses contemporáneos promueven, amplifican y patrocinan incansablemente la circulación de teorías conspirativas para atrapar a la opinión pública en un laberinto donde la conspiración está en todas partes y sobre todo.
About the author
TOUK Abel is a Cameroonian philosopher and sociopolitician. Author of several scientific articles, he is interested in major contemporary political issues, particularly political and institutional change, the re-moralization of political life, social change and religion.