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Este volumen recorre una serie de esfuerzos para mejorar la estabilidad financiera en la región, que van desde diversos acuerdos institucionales, como la CMIM (Chiang Mai Initiative Multilateralization), la ABMI (Asia Bond Markets Initiative), hasta recomendaciones políticas para revitalizar el mercado transfronterizo de repos en la región. Mantener la estabilidad financiera ha sido un objetivo político primordial para la mayoría de los países del mundo. Se trata de un objetivo especialmente apremiante en Asia, debido al impulso de su crecimiento impulsado por las exportaciones y a la carga que conlleva la gestión de la liquidez en divisas. Es casi un rasgo distintivo de las economías asiáticas, donde se puede observar el vínculo perenne entre la volatilidad de los flujos de capital y la situación de la balanza por cuenta corriente, con una vulnerabilidad financiera persistente. La búsqueda de soluciones a corto plazo o el refuerzo de los esfuerzos regionales por parte de las autoridades de la región han suscitado escaso interés o participación de los mercados, si es que no han producido ningún resultado viable. El único camino hacia la estabilidad financiera es buscar bases sólidas y fundamentales para el sistema financiero con el pleno respaldo del mercado de capitales de toda la región.
