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En las últimas décadas, el aumento exponencial de la población mundial, junto con los avances tecnológicos, han tenido un impacto en las relaciones sociales y en el proceso de formación de la subjetividad y de la identidad. La cantidad masiva de información que se ha vuelto disponible, a pesar de su utilidad, incita deseos, propaga el miedo, promueve presiones y conflictos internos. En la sociedad del espectáculo, donde predomina la apariencia y la superficialidad de las relaciones fluidas, se ha vuelto difícil reconocer los propios deseos, capacidades, potencialidades y limitaciones. Sin una orientación adecuada, las personas tienden a experimentar "a ciegas" con la vida, tomando caminos que no son los ideales para sus características. Uno de estos caminos es el desarrollo profesional, donde la escuela desempeña un papel fundamental, siendo responsable de la formación de las bases sociales e intelectuales del individuo. El sistema educativo predominante en Brasil no ha logrado promover en los alumnos habilidades cognitivas y sociales que los ayuden a desarrollar su autonomía personal y profesional, y esto se debe a su insistencia en preservar metodologías de enseñanza incompatibles con el mundo contemporáneo. ¿Cómo será la educación del futuro?
