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La libre elección de los dirigentes políticos es el sello distintivo de los sistemas democráticos. Por ello se organizan periódicamente elecciones para garantizar la circulación de las élites. Con el fin de revalorizar al pueblo, los ciudadanos están llamados a elegir entre varios candidatos al que sea capaz de responder a sus expectativas. Esto se debe a que la soberanía pertenece al pueblo o a la nación en los Estados democráticos. La competencia electoral es, pues, una consecuencia lógica del pluralismo político. Esto explica la invasión del campo político por numerosos empresarios políticos cuya capacidad competitiva sigue dependiendo de los recursos que puedan movilizar. Participar en unas elecciones requiere importantes recursos, sobre todo cuando se trata de unas elecciones nacionales importantes, como las presidenciales. Las elecciones presidenciales son un momento clave en la vida política de los Estados democráticos. Es la ocasión de elegir, según las reglas del juego político, al principal dirigente del Estado. De ahí su importancia.
About the author
Isaac ESSAME é doutor em Ciência Política pela Universidade de Douala (Camarões) e leciona Ciência Política e Administração em universidades públicas e institutos de ensino superior de Camarões. É autor de cerca de vinte publicações.
