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El pensamiento ha de ser breve y conciso y, una vez acabado, dejará tiempo y espacio para que el lector aporte algo nuevo.Las emociones, sentimientos y deseos son energías que mueven nuestras vidas.La escritura, frente al habla, proporciona tiempo para pensar, adoptar tono, acento y las palabras adecuadas que hagan conectar acertadamente, escritor con lector.Somos lo que somos, porque, en el fondo más hondo y digno, lo hemos deseado durante mucho tiempo, y, seres humanos que nos han amado hasta el compromiso de lo misterioso, propiciaron que así fuese.Los modales, que son la forma, el ¿estilö de lo que se expresa oralmente, cuando se utilizan como un disfraz de lo agresivo, son un engaño. Sin embargo, cuando actúan como elegante adorno de lo sincero, honesto y bien intencionado, son un refuerzo que lo honra. El escritor humilde hasta en lo más hondo de su ser, cree, no ser honesto consigo mismo, cuando la humildad que debe desprender su escritura, se convierte en deseos patentes de éxito y admiración multitudinaria.¿Quién se es?. ¿Qué se es?. ¿Lo que uno quiere ser y cree ya serlo, en parte, o lo que quieren los demás?
About the author
Ignacio Fernández nació en Sestao (Vicaya, España) en 1945. Docente de profesión, la escritura ha sido y fue la válvula de escape para todos los pensamientos que su carácter introvertido no permitía manifestar. Obras (entre otras): ¿Vocablos de desolación¿, ¿El dolor de sentir¿, ¿Del desencanto de ir tirando con la vidä, ¿La vida a gusto¿.
