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En mi trabajo como profesora de necesidades especiales, trabajo con alumnos con dificultades de aprendizaje durante 1 ó 2 horas a la semana. La mayoría de los alumnos con los que trabajo muestran falta de motivación hacia el trabajo escolar y carecen de una visión global del aprendizaje. Los alumnos con dificultades de aprendizaje suelen presentar características cognitivas específicas, como una base de conocimientos mal organizada, dificultades de organización, transferencia y generalización, y funciones asociativas débiles1. Así que me planteé las siguientes preguntas: ¿qué se puede hacer para apoyar eficazmente al alumno? ¿A qué debía dar prioridad, dado el tiempo limitado de que disponía para mi trabajo? ¿Cómo podía inculcar al alumno el gusto por el trabajo escolar? Así que decidí buscar respuestas en la neurociencia, la neuropsicología y la neuropedagogía3. Sin caer en la ilusión pedagógica de que la neurociencia puede explicarlo y orientarlo todo, hay que decir que proporciona una base científica y actualizada para la enseñanza que puede arrojar luz sobre la práctica.
About the author
Martina Schwarz, docente specializzata in Neuroscienze educative, Università di Friburgo, Svizzera.
