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En su último libro, el Dr. Peter Kwasniewski sostiene que, desde que entraron en vigor los nuevos libros litúrgicos tras el Concilio Vaticano II, los fieles católicos romanos han sufrido los efectos de una reforma precipitada y de gran alcance, impregnada de nominalismo, voluntarismo, protestantismo, racionalismo, anticuarianismo, hiperpapalismo y otros errores modernos. El hombre no es dueño de la liturgia divina, subraya el Dr. Kwasniewski; más bien, todos estamos llamados a ser administradores de lo sagrado, desde el laico de más bajo rango hasta el mismísimo Papa.
El Dr. Kwasnieski muestra que la Tradición sagrada es el principio rector de toda liturgia cristiana auténtica, que tiene su origen en Cristo y es guiada por el Espíritu Santo a lo largo de la vida de la Iglesia. Su tesis principal en esta obra es que los rasgos identificativos prominentes del Rito Romano clásico -y de hecho de todos los ritos tradicionales, orientales y occidentales- están ausentes del Novus Ordo. Esta ausencia lo aleja de la compañía de los ritos clásicos y nos imposibilita llamarlo "el Rito Romano".
Para responder a esta crisis de ruptura, el Dr. Kwasniewski aboga por un retorno pleno al rito tradicional, el Rito Romano en su robusta y perenne riqueza, para el que no se necesita ni podría necesitarse nunca ningún permiso especial, tal como expone el Papa Benedicto XVI.
La fidelidad a la Liturgia latina tradicional es, en su raíz, fidelidad a la Iglesia romana y a Cristo mismo, que ha inspirado amorosamente el crecimiento y la perfección de nuestros ritos religiosos durante dos mil años. Este sobrecogedor don de la Tradición nos permite saborear, incluso ahora, el banquete de la tierra prometida del cielo.
