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La belleza surge de nuevo como motivo principal del arte. En la concepción del arte de Nietzsche, la belleza no es sólo una categoría estética, sino que desempeña un papel mucho más fundamental: es el principal y único criterio de verdad.Aunque en las últimas décadas la belleza ha sido negada, rechazada y prohibida en nuestra sociedad cultural, sin embargo reaparece ahora como valor constitutivo del arte contemporáneo, aunque de forma silenciosa y no como un fin en sí mismo (como sí es inherente a la belleza).Redescubrir la belleza es crucial también (y quizás principalmente) en el contexto de la posible manipulación (política) a la que puede someterse fácilmente el arte -como nos advirtió Platón justo en el nacimiento de las artes miméticas-, que puede dar lugar a una corrupción espiritual, política y ética que envenena hoy más que nunca la vida cultural y pública de nuestra sociedad, y en la que sólo la belleza se erige como la medida que distingue la verdad de la falsedad.
About the author
Karolina Dolanská a obtenu son doctorat en histoire de l'art à l'Université Charles de Prague en 2013. Elle est titulaire d'un M.A. en histoire de l'art, d'un M.A. en sociologie et d'un M.A. en études libérales. Actuellement, elle enseigne l'histoire de l'art et est titulaire de la chaire d'études en arts visuels à l'Université anglo-américaine de Prague.
