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Henry Kissinger, en su monumental obra Armas nucleares y política exterior, se enfrenta al dilema nuclear de frente. Para él, los retos de la era nuclear son muy diferentes a los del pasado. En primer lugar, las armas nucleares proporcionan a los beligerantes un exceso de potencia de fuego. A diferencia de las guerras del pasado, que se veían restringidas por la escasez de recursos y la capacidad de proyectar poder, las armas nucleares han eliminado todas las restricciones para limitar la guerra. Pensar en una guerra total -una guerra en la que se desea la capitulación total del enemigo- es bastante impensable, ya que la guerra total significaría la aniquilación completa. ¿Por qué iba a recurrir a las armas nucleares un país cuya supervivencia nacional está amenazada? Si se utilizan, ¿podría la guerra nuclear conseguir algo? Las armas nucleares, unidas al concepto de guerra total según Kissinger, conducen a situaciones en las que se paraliza la voluntad de luchar. En segundo lugar, si el exceso de poder, que simbolizan las armas nucleares, conduce a la parálisis de la voluntad de proyectar la fuerza, entonces se invalida el dictamen clausewitziano de la guerra como continuación de la política por otros medios.
About the author
BIOGRAFIA DELL'AUTORE: Prof. Naim Afgan, visiting professor dell'Instituto Superior Tecnico, Lisbona, Portogallo, membro dell'Accademia delle Scienze e dell'Arte della Bosnia-Erzegovina, Sarajevo, Bosnia-Erzegovina, Fellow dell'Accademia Islamica delle Scienze, Amman, Giordania, Fellow dell'Accademia Mondiale delle Arti e delle Scienze di Napa, USA.
