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La interacción con el entorno, que implica cualquier tipo de intercambio emocional, es un factor muy importante en la construcción de la estructura psíquica interna del niño. En este proceso, el juego desempeña definitivamente uno de los papeles clave (Ginsburg, 2007). Se considera tan importante que ha sido reconocido como uno de los derechos fundamentales y así se recoge en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño. El juego abarca una amplia gama de actividades diferentes, tanto en los niños como en los adultos. Es difícil dar una definición uniforme del juego, ya que existen diferentes tipos de juego en función de la edad. Los autores utilizan definiciones de juego diferentes, aunque similares (Marjanovi¿ Umek y Zupan¿i¿, 2006). Zupan¿i¿ (1999) define el juego como una actividad realizada por un individuo exclusivamente para su propio placer, independientemente del resultado; no tiene nada que ver con la gratificación instantánea de las necesidades del niño ni con el cumplimiento de las exigencias impuestas por el entorno. Además, Oerter (1993) menciona la construcción de una realidad alternativa que es, en su opinión, uno de los elementos clave por los que el juego se distingue de otras actividades.
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Nina Köar - Programa de estudo: Biopsicologia. Universidade de Primorska Faculdade de Matemática, Ciências Naturais e Tecnologias da Informação.
