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En todo el mundo, la obesidad infantil está aumentando, lo que provoca una serie de enfermedades y afecciones en la edad adulta, como la diabetes de tipo 2, problemas coronarios, diversos cánceres y muerte prematura. Por tanto, el coste de la asistencia sanitaria asociada también está aumentando. Pero con la adopción de cambios clave en el estilo de vida, incluyendo mejores regímenes nutricionales y estilos de vida más activos, la obesidad puede contenerse. El enfoque más eficaz debe ser a través del programa escolar. En muchos países la asistencia es obligatoria y el Estado puede controlar fácilmente el contenido del plan de estudios, rediseñado para promover activamente no sólo los logros académicos, sino también la salud de los niños. Cada niño debería, por ejemplo, disfrutar cada día de al menos una hora de educación física supervisada basada en la forma física o en las habilidades. Deben fomentarse las iniciativas de ir a la escuela a pie, y la calidad de todos los alimentos y bebidas que se suministran en las escuelas debe cumplir las normas sanitarias acordadas. El IMC de los niños se registrará anualmente, y los resultados se tabularán en función de los diarios de alimentación y nutrición, así como del rendimiento académico. Lo más importante es que cada escuela debe nombrar a un director de salud que coordine estas medidas, garantizando que todos los alumnos alcancen o mantengan un IMC saludable.
About the author
Líder do projecto do CITiZAN de arqueologia costeira comunitária ( Museu de Arqueologia de Londres); Professor honorário sénior no Instituto de Arqueologia ( Colégio Universitário de Londres); Coordenador do programa "Evolutionary Determinants of Health" e autor de " Os Genes Incivilizados - Evolução Humana e o Paradoxo Urbano".
