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El agricultor desarrolla la parte más superficial de la corteza terrestre, el suelo, es decir, la parte de nuestro globo que interesa a la geología. Sin embargo, el agricultor no debe perder el interés por la geología, porque esta ciencia le ayuda en más de un sentido. La tierra vegetal sirve de soporte a la planta; también es en su seno donde las raíces buscan los elementos minerales que sirven para construir la célula vegetal. Por tanto, cada cosecha retira una determinada cantidad de elementos minerales del suelo, que el agricultor debe devolver de diversas maneras, ya sea en forma de estiércol, abonos minerales o enmiendas del suelo. Estos elementos minerales pueden encontrarse en el subsuelo en profundidad (marga, carbonato de cal) o en canteras cercanas o lejanas (piedra de yeso, carbonato de cal, fosfato de cal, nitrato de sosa, sales de potasa y magnesia). La base de todo cultivo racional reside hoy en día en el estudio previo de las propiedades físico-químicas y biológicas del suelo. Este estudio del suelo es uno de los enfoques más importantes aplicados a la agronomía.
About the author
Dottor Aman Bouzid, docente-ricercatore presso la Facoltà di Scienze naturali e biologiche dell'Università Abdelhamid Ibn Badis di Mostaganem, 27000, Algeria.Professore associato presso la Scuola Superiore di Agronomia di Mostaganem, 27000, Algeria.
