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Siempre se ha buscado la confesión, independientemente de la época, como prueba para conocer la verdad y atribuir responsabilidad por una falta cometida. La verdad debe ser certeza en la mente del juez y del jurado. ¿Qué mejor que una confesión para establecer esta certeza? Sin embargo, la confesión ha conocido los horrores del descrédito debido a esta búsqueda sistemática por parte de la institución judicial. Mostró su fragilidad durante el interrogatorio y por lo tanto fue fuente de errores judiciales. A pesar de sus imperfecciones, la confesión sigue siendo útil, ya que permite conocer el curso de los hechos del sospechoso durante una investigación. De hecho, incluso si se tiene en cuenta la sospecha durante una confesión, los diversos intervinientes la desean durante el proceso penal. Las técnicas de investigación modernas reducen su importancia como evidencia directa. En este, entra en juego un nuevo lugar para la confesión en los diversos medios de obtención de la verdad, como la evidencia científica. Este libro muestra esta dualidad, entre la necesidad de conocer la verdad y los medios para llegar allí. La confesión ha sido privilegiada durante mucho tiempo en este conocimiento.
About the author
Philippe BALVAY, Máster en Derecho Público, Máster en Derecho Público y Derecho Privado, Opción Historia del Derecho, expedido por la Facultad de Derecho de Estrasburgo. Estudiante de doctorado en derecho privado. Un cuadro en el servicio público, agregado administrativo para la educación nacional, Academia de Estrasburgo.
