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La psoriasis es una enfermedad autoinmune crónica de la piel, bastante común y no contagiosa, que afecta a entre el 1% y el 3% de la población mundial. La etiología de esta enfermedad aún no está completamente establecida; sin embargo, los factores genéticos, inmunológicos y ambientales son relevantes para su desarrollo. El diagnóstico incluye la fisiopatología, los factores desencadenantes y la clasificación clínica. Posteriormente, surgen las terapias, entre las que se encuentran la tópica, la oral, la biológica, la parenteral, la fototerapia y los fármacos. La dieta, aunque no se considera una terapia, desempeña un papel preponderante en la prevención, el desarrollo e incluso la recesión de las manifestaciones epidérmicas propias de esta enfermedad. Por ejemplo, el impacto en la producción de citoquinas en el organismo, según la dieta adoptada por el paciente, está relacionado con el tipo de alimentos que ingiere, ya que el proceso inflamatorio puede ser regulado por los hábitos alimentarios adoptados. Por lo tanto, los cambios en los patrones de alimentación de los pacientes psoriásicos son extremadamente relevantes.
About the author
Ana F. Vinha (PhD) - Profesora Adjunta en la Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Fernando Pessoa, Oporto, Portugal.Célia Marques (Drª) - Estudiante de último año del Máster Integrado en Ciencias Farmacéuticas, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Fernando Pessoa, Oporto, Portugal.
