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Los jóvenes se posicionan como un grupo social con características particulares, por lo cual, al momento de cometer una conducta tipificada como delito, la respuesta del Estado, debe ser atendiendo su especificidad. Así, el Derecho penal juvenil, atiende una serie de lineamientos internacionales que establecen los principios en los cuales deberá edificar su actuación.Sin embargo, estos lineamientos se han visto quebrantados por la percepción social que se tiene de los menores infractores. Los medios de comunicación favorecen la criminalización de éstos frente a la opinión pública, mostrando la delincuencia juvenil como el mayor peligro con el que se enfrenta la sociedad, pugnando por una reacción altamente punitiva.Por lo cual, cabe replantearse si las modificaciones a las legislaciones de España y México, responden a las cifras reales de delincuencia juvenil o a una Política Criminal cada vez más represiva opuesta a los fines de educación y resocialización.
About the author
Docente e investigadora. Licenciada en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México. Maestra en Política Criminal por la UNAM. Máster en Menores en Situación de Desprotección y Conflicto Social por la Universidad de Vigo, España.