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La capacidad de los pueblos por lograr óptimos niveles de desarrollo, descansa en el adecuado uso de los recursos presupuestarios a disposición del Gobierno, entendido éste como el aparato estatal traído a la vida jurídica con base en un contrato social -en palabras de Rousseau-, que debe dedicarse a solventar las necesidades poblacionales en los campos que se requieran: salud, educación, vivienda, resguardo ambiental, etc. El presente aporte es una continuación de nuestra Tesis Doctoral (2014), que pretende mantener la línea analítica ya establecida, o sea, corroborar si los presupuestos públicos resultan en un instrumento gubernativo para el desarrollo, generado con base en metodologías científico-administrativistas, o bien, continúa en un estado inercial, orbitando sobre las instituciones públicas sin poder ser mensurable desde cualquier ángulo. Así, los presupuestos públicos no pueden convertirse en el eslabón débil de la cadena que hace funcionar el engranaje de todo el Sistema de Administración Pública, ya que, como bien indica Meoño: "La fragilidad en todo campo de actividad administrativa del sistema costarricense, pone en peligro lo logrado hasta hoy" (2008).
About the author
Doctor en Ciencias de la Administración por la UNED de Costa Rica y docente en su Escuela de Ciencias de la Administración.Autor de artículos en Revistas Académicas y Profesionales de México, Centroamérica y Costa Rica. Director Administrativo Financiero de la Dirección Nacional de Desarrollo de la Comunidad en Costa Rica.
