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El Leviathan de Thomas Hobbes inaugura la filosofía política moderna y sienta fundamentos decisivos para su horizonte de posibilidades. En particular, el concepto de libertad individual asume todo el desgarramiento inherente al abandono de cualquier presupuesto sustantivo para la vida en común, de modo que la existencia política moderna queda cifrada en torno de las movilizaciones primarias de individualidades apetentes, recíprocamente antagonistas, que buscan a toda costa perseverar en la consecución de sus fines particulares. La dimensión de lo común, que culmina en la figura del Leviathan, no es sino la negativización que la apetencia individual debe asumir para no ir en contra de sí misma. Que esta negatividad se "escape de las manos" ante la prepotencia del poder civil constituido no es sino el resultado no buscado de un querer que no podía controlar todas sus externalizaciones y que, para realizar su propia voluntad incontinente originaria, ha debido edificar un monstruo capaz de infundir un temor altamente racionalizado para que esa voluntad por fin se modere. El Estado como sinónimo de opresión será en adelante un sino de la moderna concepción liberal del poder político.
About the author
Dr. en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y la Universitat de Barcelona. Sociólogo y Mg. en Filosofía ("Sobre el concepto de libertad en el Leviatán de Thomas Hobbes", 2003) por la PUCP, con publicaciones sobre Marx, filosofía política y ética aplicada ("Ética de la gestión, desarrollo y responsabilidad social", 2014).
