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"Veinte cartas a mi madre y una a Dios" es un libro que se origina y nace por la necesidad de saber ¿Dónde está el padre de una niña de nueve años? La protagonista de esta historia es una pequeña que siempre cumple con todos los deberes que alguien de su edad tiene, pero conforme va transcurriendo el tiempo se va dando cuenta que está sola pues su papá no está en casa desde que ella era un bebé y lo peor, su mamá, que es con quien vive, trabaja de forma incansable y sin descanso, algo que evita puedan convivir. Esta situación lleva a la niña a crear amigos imaginarios con los que habla constantemente confiándoles todo lo que a ella le va aconteciendo durante el transcurso de su corta vida. Ora a Dios para que todo cambie, sea diferente y pueda encontrar el amor de su vida que es su padre. Además, pide poder tener más tiempo a su la do a quien tiene cerca que es su madre, ya que le ve muy poco y cuando eso pasa, ella no le presta atención. Razón por la cual el vacío de soledad y desamor se hace más grande y más constante. Decide entonces buscar la forma de comunicarse con su mama y es cuando se le ocurre la grandiosa idea de entrar en contacto con ella a través de cartas. Para esto se va al lugar preferido de la casa que es el jardín trasero y es ahí, que rodeada de sus "amigos" escribe la mayoría. En ellas plasma y nos hace ver que lo hijos no son culpables de los errores que cometemos los padres y que ellos sufren en silencio sin entender que está pasando.
