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En esa gran polémica con los muertos vivos que llamamos lectura, nuestro papel no es pasivo. Cuando es algo más que fantaseo o que un apetito indiferente emanando del tedio, la lectura es un modo de acción. Conjuramos la presencia, la voz del libro. Le permitimos la entrada, aunque no sin cautela, a nuestra más honda intimidad. Un gran poema, una novela clásica nos acometen; asaltan y ocupan las fortalezas de nuestra conciencia. Ejercen un extraño, contundente señorío sobre nuestra imaginación y nuestros deseos, sobre nuestras ambiciones y sueños más secretos. Los hombres que queman libros saben lo que hacen. El artista es la fuerza incontrolable: ningún ojo occidental, después de Van Gogh puede mirar un ciprés sin advertir en él el comienzo de la llamarada . (R. Steiner). En estas páginas, la autora aspira a encender parte de ese fuego.
About the author
Rosario, Argentina. Profesora Postitulada en Lengua y Literatura. Dicta seminarios y talleres. Libros publicados: ¿Sin prólogo¿,¿El lado débil¿, ¿Las palabras no pronunciadas¿ (poemarios); ¿Caballo bifronte¿ y ¿Polifoníä (novelas); ¿Menos el tiempo¿, (Antología literaria, 30 años); ¿Laberinto de Ficciones. Ensayo sobre la obra de Manuel Puig¿.