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La urbe solo puede entenderse, a carta cabal, teniendo en cuenta, entre otros aspectos, el del territorio sobre el cual ésta se ubica, la forma y los criterios que determinan el urbanismo de cada una de ellas y, por último, la diversidad/sostenibilidad medioambiental allí predominante. Las ciudades quedan modeladas en base a los anteriores componentes -territorial, urbanístico y medioambiental-, conformando una amalgama tan perfecta que resulta imposible distinguir unos de otros. Los núcleos urbanos, auténticas islas de libertad cívica/ciudadana a lo largo de la historia, encarnan el mejor y más refinado legado de nuestra civilización; solo dentro de sus confines ha sido posible el progreso, diálogo y la convivencia, pacífica/constructiva, entre los seres humanos de la más variada procedencia étnica, ideológica, etc.. Los modelos culturales, mayoritarios en cada momento y lugar, conforman las sucesivas tipologías del fenómeno urbano; la mitad de la población mundial, aproximadamente, vive hoy en ciudades, aumentado su proporción día a día sobretodo, en el Tercer Mundo-. Una digna calidad de vida, en los entornos urbanos, el exige el respeto por los derechos cívicos esenciales.
About the author
El autor, Licenciado en Derecho, ha impartido docencia (curso académico 2.009/10) de las asignaturas ¿Derecho Administrativo I, II, III y IV¿, ¿Derecho Internacional Públicö e ¿Instituciones de Derecho Comunitariö, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Sede ÚBEDA (Jaén).