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En Níger, como en el resto de África, la tenencia de la tierra está inextricablemente ligada a las relaciones sociales, políticas, económicas y ontológicas. La tenencia de la tierra es tanto más importante en Níger cuanto que la población nigerina, que vive esencialmente de la agricultura y la ganadería, se divide naturalmente en nómadas y sedentarios. Las autoridades nigerianas, siguiendo el ejemplo de la potencia colonial, se embarcaron inicialmente en una lógica de marginación de la tenencia consuetudinaria. Esta marginación se manifestó en la limitación de las prerrogativas territoriales del cacicazgo tradicional, seguida de un fortalecimiento de los poderes del Estado (1959-1993). Sin embargo, el apego de los campesinos nigerinos a las prácticas ancestrales obligó al legislador a reafirmar los derechos consuetudinarios sobre la tierra a partir de 1993 y a reconocer expresamente la jefatura tradicional como depositaria de los valores tradicionales en la constitución del 25 de noviembre de 2010. Por ello, este libro analiza el lugar que ocupa la tenencia consuetudinaria en las distintas reformas agrarias emprendidas en Níger.
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O autor tem um doutoramento único em História do Direito e das Instituições da Universidade Cheikh Anta Diop em Dakar (Senegal) e tem uma formação de base em direito privado fundamental.
