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La hipoteca es una garantía muy eficaz porque permite al acreedor hipotecario tomar posesión del bien hipotecado en la fecha de vencimiento acordada y después de la notificación formal, mediante la atribución convencional, la atribución judicial y la confiscación de la propiedad. Son estos modos de atribución los que hemos llamado la realización de la hipoteca. Sin embargo, esta realización puede encontrar muchas dificultades o la cancelación de la hipoteca o la liberación de la misma si las partes no han tenido cuidado de cumplir todas las disposiciones del Acta Uniforme de Organización de Valores descritas en esta reflexión, así como todas las condiciones de validez del contrato previstas en el Libro III del Código Civil del Congo, ya que estas partes están obligadas al contrato de la hipoteca. Así pues, conviene saber que no basta con prestar contra una hipoteca, sino que hay que tener cuidado de que la naturaleza del bien hipotecado, la condición del fideicomitente, el plazo de remisión al tribunal competente, la valoración previa de dicho bien por un experto inmobiliario y tantas otras condiciones mencionadas garanticen que la hipoteca se lleve a cabo sin dificultades.
About the author
TSHIASHALA KANDU GRACE, licenciada en derecho económico y social por la Universidad de Kinshasa, abogada del Tribunal de Apelación de Kinshasa Matete especializada en los valores de la OHADA, ex profesora del gabinete del Viceprimer Ministro del Presupuesto de la República Democrática del Congo, formadora y profesora de derecho mercantil.
