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El hombre esta siempre rodeado por el espacio que percibe, incluso en sus sueños. Para sentir y relacionarse la existencia de este es inevitable. Sin embrago, a pesar de su inevitabilidad, es complicado, sin hacer un esfuerzo especifico, ser consciente de esta circunstancia. Tal vez por su falta de corporeidad tangible. Siempre para ser conscientes de la existencia de un espacio particular, tenemos que remitirnos a la percepción de su contorno. Ya sea este perimetral, envolvente o una simple superficie. Es realmente difícil definir un espacio sin citar los limites que lo acotan, así siempre se habla de un espacio como el lugar comprendido desde... hasta. En cierto modo el pensar en el espacio tiene mucho que ver con el pensar en sus límites. Tangibles o no, son las alteraciones del espacio que marcan la frontera entre lo que esta dentro y lo que esta fuera de algo, a veces son tan tenues como una sombra o solo un cambio en la superficie.
About the author
Doctor arquitecto. Profesor de proyectos arquitectónicos en la escuela técnica superior de arquitectura de la universidad de Sevilla. Ha participado en varios proyectos de investigación amparados por varias universidades europeas, siendo en dos de ellos investigador encargado del proyecto. Ha sido director de dos proyectos de innovación académica
